Una de les cosas que muy probablemente debéis haber comentado o oído estos días es que el otoño está desapareciendo. Después de un mes de octubre muy suave en muchas zonas, de repente ha llegado una entrada de aire frío que nos ha traído el ambiente de invierno. La sensación es que este viene siendo un hecho habitual en los últimos años ¿pero realmente el otoño está en peligro de estinción? Los datos dicen que más bien se está desplazando, y que sobretodo está abandonando el mes de octubre.
He hecho un pequeño estudio con la serie de datos del aeropuerto del Prat de Barcelona, con el objetivo de poder ver si hay algún señal claro sobre el hecho de que los días de otoño estén en retroceso. El ejercicio es fácil de entender: he fijado una temperatura media de los meses de octubre y noviembre a partir de les datos del periodo de referencia 1971-2000, y a partir de ahí he creado un intervalo de lo que podríamos considerar un día de otoño ensanchando tres grados para arriba y tres grados para abajo este valor medio. Más o menos cualquier día que tenga una temperatura media de entre 12 y 18 grados en el Prat entraría en esta categoría.
Un día tipo podría ser uno en el que al mediodía se rocen los 20 grados y a primera hora el termómetro marque alrededor de 10. A partir de ahí con alguns consultas de SQL he contado cuantos días de setiembre, octubre, noviembre, diciembre y enero se han ajustado a este criterio des del 1951 hasta el otoño pasado.
El resultado es que, si contamos globalmente cuantos días por año han tenido estas temperaturas suaves entre finales de verano y principios de invierno, no hay una tendencia clara. No han aumentado ni disminuido notoriamente con los años. De media, 47 días se ajustan a este criterio por año, algunos años tienen muchos y otros tienen pocos, pero no hay una tendencia.
¿De dónde nos viene entonces esa percepción? Dónde sí hay cambios muy evidentes es en la manera cómo se distribuyen los días de otoño entre los meses. El cambio más claro es que el mes de octubre está siendo invadido por el verano. Si bien en la segunda parte del siglo XX era normal que entre 15 y 20 días del mes se ajustasen a nuestro criterio de día de otoño, desde el año 2000 la bajada es muy pronunciada. Durante la primera década de este siglo ya fueron sólo 10 días por año, y desde 2011 la media ha bajado por debajo de los ocho días. Este 2018 es un ejemplo muy claro de esto: sólo dos días se han movido en este abanico de temperaturas suaves en octubre en Barcelona, 26 han sido más cálidos y los otros tres más fríos.
También es cada vez menos frecuente que el ambiente de otoño se anticipe durante el septiembre. En cambio, noviembre, diciembre y sobretodo enero tienen más días de otoño que antes. El otoño, más que desaparecer, se ha desplazado, por lo menos en Barcelona. Todos los días de otoño que no hay en octubre se compensan durante los tres meses siguientes.
El frío, en retroceso
Probablemente la sensación de ausencia de otoño nos viene precisamente porque el verano se prolonga tanto que a menudo se enlaza con la primera entrada de aire frío, como ha pasado este año, pero eso no significa que el frío se instale.
De hecho, si algo está desapareciendo del otoño es el frío. Hemos contado, también, qué pasa con todos los días que no se ajustan con nuestro criterio de día de otoño durante estos cinco meses, para saber cuáles resultan ser días más fríos y cuáles más cálidos. Si bien durante muchas décadas los días fríos durante estos cinco meses han sido muchos más que los días cálidos, la tendencia se ha invertido claramente en los últimos 20 años. Actualmente ya es normal que haya más días cálidos que fríos entre el 1 de septiembre y el 31 de enero. El verano es cada vez más largo y el otoño se mueve hacia el invierno.
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El artículo fué publicado en el periódico ARA el 3 de noviembre de 2018